Evaluación y calificación
La primera pregunta que vamos a hacernos es para qué evaluamos.
Puede haber múltiples razones para evaluar pero ¿cuáles son las tuyas?
Puede haber múltiples razones para evaluar pero ¿cuáles son las tuyas?
Además de por cumplir el mandato normativo de realizar una evaluación, podemos encontrar muchas razones para evaluar:
- para saber si nuestra enseñanza está siendo efectiva y poder hacer los ajustes necesarios;
- para detectar si se alcanzan los objetivos propuestos;
- para detectar dónde encuentra dificultades nuestro alumnado;
- para poder dar una calificación a nuestros estudiantes y sus familias;
- para determinar si el proyecto educativo es adecuado y está dando resultados;
- por cumplir con la normativa...
De todas estas razones, destacaremos dos finalidades diferentes pero relacionadas: en primer lugar, la necesidad de regular el aprendizaje, es decir, de detectar las posibles dificultades que puedan encontrar los estudiantes en su aprendizaje para, a partir de ahí, ayudarles a resolverlas; en segundo lugar, la obligación de informar a estudiantes y familias sobre los resultados de su aprendizaje y su avance a lo largo del curso.
Hablaremos de evaluación cuando hagamos referencia al procedimiento de análisis del aprendizaje para su regulación por parte del profesorado y de los propios estudiantes.
Usaremos el término calificación para referirnos al procedimiento de cuantificación y comunicación de los resultados del aprendizaje y su evolución a los estudiantes y sus familias.
Limitar la función evaluadora a la calificación sin implicaciones en la regulación del aprendizaje reduce, por tanto, la fuerza de la evaluación a un acto administrativo pero de importantes consecuencias. Por el contrario, una evaluación de la cual se deriven planes de mejora sí es realmente educativa y el Aprendizaje basado en Proyectos nos permite hacer de la evaluación no una tarea fastidiosa y frustrante sino una manera de valorar cómo podemos aprender más y mejor a través de nuestros proyectos.

Imagen: 12story con licencia CC by-nc-sa 2.0
Hablaremos de evaluación cuando hagamos referencia al procedimiento de análisis del aprendizaje para su regulación por parte del profesorado y de los propios estudiantes.
Usaremos el término calificación para referirnos al procedimiento de cuantificación y comunicación de los resultados del aprendizaje y su evolución a los estudiantes y sus familias.
Limitar la función evaluadora a la calificación sin implicaciones en la regulación del aprendizaje reduce, por tanto, la fuerza de la evaluación a un acto administrativo pero de importantes consecuencias. Por el contrario, una evaluación de la cual se deriven planes de mejora sí es realmente educativa y el Aprendizaje basado en Proyectos nos permite hacer de la evaluación no una tarea fastidiosa y frustrante sino una manera de valorar cómo podemos aprender más y mejor a través de nuestros proyectos.

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