2007-12-12

5. EL HORIZONTE DE NUESTRO CENTRO EN UN FUTURO CERCANO Y NUESTRO ROL DENTRO DE ÉL.
Dice aproximadamente un viejo refrán “Ten cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se cumpla”.
Ya os hemos presentado la idea de “horizonte” como objetivo o conjunto de objetivos hacia los que debe dirigirse el centro y que deben constituir el referente de todas nuestras pequeñas acciones cotidianas.


Resulta muy fácil dejarse llevar por algunas circunstancias y definir sólo algunos mínimos elementos de elevado coste como referentes del plan TIC del centro. Esas circunstancias combinadas suelen ser:
la esperanza de que alguna instancia superior nos definirá cómo será el futuro centro TIC. Y es cierto que esas instancias nos condicionan tanto en medios como en filosofía.
La escasez de medios, que hará que nos centremos en los objetivos más inmediatos.
La incertidumbre ante los avances que nos deparará el futuro, que nos invitaría, día tras día, a esperar.



Con lo que hoy tenemos a nuestro alcance y una visión de “avance hacia el futuro” se pueden hacer muchas cosas. No estemos esperando a que nos lo den todo hecho.

Así pues, deberemos proyectarnos al futuro. Pensar nuestro centro, pensarlo bien desde lo que hoy sabemos y conocemos... Pero pensarlo de forma abierta, para ser capaces de adaptarnos a las circunstancias y a los elementos que vayan apareciendo en los próximos años, que sin duda aparecerán y de forma relevante. Como muestra un botón:
Pizarras Digitales Interactivas:
Todos tenemos presente, a estas alturas, lo que es una pizarra digital interactiva.Se nos hace obvio que se hace cada vez más necesario, pronto imprescindible, un unidad por clase. Y eso aparecerá reflejado en nuestros planteamientos de futuro más inmediato.
Y ahora os daremos 3, sólo tres esbozos, de qué dirección y metas pensamos que podría tomar vuestro centro, cualquier centro:
PD o PDI en todas las aulas.
Todas las aulas de intensidad media
Un alumno, un aparato: la mochila en mi portátil.


El primer horizonte. Dos-tres años. Pasaría por:
La alfabetización completa masiva (unas 180 horas oficiales si incluimos un office, partiendo de “0”).
Conectividad plena y eficiente en todos los ámbitos del centro.
La dotación de una PDI por aula. (1)
Un aula tecnológica de alta intensidad por línea (nos ofrece una exposición de entre 4 y 2,5 horas semanales por alumno en Secundaria y Primaria respectivamente).
Una integración curricular transversalizada de las TIC tendente a una alfabetización integral del alumnado.
Algún aula de tecnología de intensidad media, asignadas para los profesores que se animen a trabajar por proyectos colaborativos, y con los nuevos estilos didácticos de forma continuada, intensiva. (2)
(1) Las Pizarras Digitales Interactivas ya han sido bastante extendidas y analizadas... Considerad cuatro elementos clave al respecto:
El docente demandará en origen dos cosas que siente que necesita: formación instrumental (sería al margen de lo antes contemplado pero muy bien aceptada en breves seminarios taller), materiales digitales ordenados (ese es un camino aún por andar)...
Parecerá al principio un esfuerzo titánico por integrar el elemento en la programación del aula (sobre todo ante recursos escasos), pero eso hará que se familiaricen y le saquen un primer rendimiento, aunque no sea el objetivo natural final de la pizarra.
En poco tiempo se produce un gran cambio: todos quieren una por la potencia de apoyo audiovisual que ofrece a sus clases, seguirán demandando materiales, pero ya son usuarios y “supervivientes”. Disponer de una por clase les permitiría actuar, además de “según la programación”, con un elemento de apoyo puntual de gran valor (muy recurrido, todo sea dicho)... Y siendo así... la usarían aún más en el plano “programático”. Os garantizamos que esto pasa, y no hay segmentos de edad diversos... las reflexiones expuestas son fruto de muchas conversaciones con docentes de centros donde hay algunas... Y hemos ganado las dos primeras grandes “batallas”: el difícil ordenador y una importante faceta de la TIC.
Por cierto, al menos hoy en día son una de las grandes atracciones de padres y madres sorprendidos por “cómo ha cambiado el colegio”.
(2) Los proyectos colaborativos como innovación son la siembra del segundo horizonte, tras cruzar la “cordillera de Informática” (durante mucho tiempo ha sido un eje aislado y campo de experto específico).



Segundo horizonte: sumemos otros dos años más. Pasa por la extensión de las nuevas didácticas y los proyectos colaborativos.Todas las aulas pasarían progresivamente a ser aulas TIC de intensidad media. El ordenador es herramienta importantísima dentro de un trabajo de aprendizaje compartido, pero sólo una más, la ventana al mundo y el “editor” de parte del trabajo, quedando muy accesible .Las aulas de alta intensidad van quedando como apoyo a sesiones instrumentales, para determinadas actividades programadas o eventos concretos de proyectos. O como aulas de trabajo individual...
Evidentemente surgirán más demandas sobre contenidos, calidad, y elementos externos de apoyo a los proyectos colaborativos. Se fomentarán más aprendizajes de alto nivel y los docentes irán migrando de ponentes a habilitadores con toda la capacidad de ponencia audiovisual (permitidnos que no maticemos por etapas)... El eslogan “aprender a aprender” debería ser un hecho.


Tercer horizonte: Hasta el infinito y más allá
Un tablet u ordenador portátil ultraligero por alumno... Sumado a todo lo que tenemos... La mochila en el portátil...
Eso abre el horizonte, y es cercano, a algo más que los “cacareados” libros digitales... ¿Entornos curriculares a la carta, quizás? Enfoca sistemas que se han ensayado en cd’s o aventuras gráficas concretas... Con procesos de aprendizaje lúdicos y orientaciones evaluativas automáticas para el docente de aprendizajes conceptuales...

¿Cómo comenzar a diseñar nuestro propio horizonte?¿Cómo comenzar a diseñar nuestro propio horizonte?
Generalmente, cuando estamos a punto de liderar una galopada TIC nos planteamos todo lo que hay que modificar, los cambios imprescindibles, los deseables, los “profes” reticentes, el equipo directivo que “no apoya lo suficiente”, la infraestructura ideal... de alguna forma focalizamos todo aquello que falta para poder hacer las cosas bien.
Os proponemos empezar la tarea de definir el horizonte por el camino inverso: Detenerse a observar, agudizar los sentidos, salirse por un momento del día a día, tomar un poco de distancia y, desde allí, pensar en todo aquello que hoy día tenemos y vale la pena proteger. Pensad en vuestro “cole” o “insti” con cariño, en los colegas, los amigos y los quisquillosos, los buenos docentes, igual de “tiza”, pero buenos, y los más innovadores. Pensad cómo es vuestro centro hoy, con todo lo valioso que tiene en cuanto a las personas que lo componen, “profes”, estudiantes, padres. Pensad en el edificio, la infraestructura, las grandes acciones que se han llevado a cabo con éxito y sin TICs. No hace falta irse cerrando la puerta para valorar lo que perdimos, os invitamos a valorar lo que es, estando dentro.
Pensad luego -y solo luego- en “qué es lo que quieres”, y “cómo lo quieres”... Si sale todo como sueñas, seguramente, muchas cosas cambiarán. Ten presente lo que puede suceder y cuida sobre manera que todo lo bello se conserve y protégelo de todo lo que pueda dañarlo.
"cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se haga realidad"...

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